¡No valgo para esto!
¿Alguna vez te has dedicado a ti mismo, con toda la convicción, con toda la dureza, una frase similar? En este artículo voy a enfocarme en el trabajo como escritores, pero todo puede ser aplicable a otras actividades, claro. Pongámonos en situación: sientes un deseo muy fuerte de contar una historia, las musas parecen estar aporreando tu puerta, pero cuando te pones a ello, algo interrumpe el flujo de las palabras, están retenidas, atascadas en algún limbo que ni siquiera sabes dónde situar. ¡Estás seco! ¡Bloqueado! No eres capaz de expresar lo que quieres con la intensidad que deseas. A veces, este no es el problema, porque la historia brota sin ningún tipo de freno; sin embargo, cuando decides repasar lo escrito, el juez severo que vive en tu interior aparece lleno de cólera y dispuesto a borrarlo todo, incluso esos textos que un día llegaste a considerar buenos, qué …