No supe hacerlo
«No supe hacerlo» . «No supe hacerlo mejor». Tres palabras. Cuatro, a veces, que también pueden conjugarse en presente. Pocas palabras que no son más que eso, palabras, tan normales como otras. ¿Cuántas veces usamos «supe», «hacerlo», «no»… a lo largo del día? Sin embargo, así enunciadas, juntitas, dichas o escritas, cuánto duelen a veces. Las dices y desde una capa profunda de ti emerge un calor, una picazón, un dolor que empieza a subir y subir de nivel hasta que algo estalla. Ha vuelto a supurar o sangrar aquella herida que hacía tiempo que no mirabas. Esa herida que creías cicatrizada. Tres palabras. O cuatro. En presente o en pasado, con las que nos contamos y nos cantamos una de esas verdades. La verdad de nuestro fracaso, de nuestra incapacidad para lograr aquello en lo que una vez creímos. No pasa nada. ¿Quién no ha vivido o vivirá este …