Siempre estaba, pero ya no está
Cada vez que Facebook me muestra un recuerdo de hace X años, la veo a ella en los “Me gusta”, en los comentarios, apoyando, arropando… Ella siempre estaba. Ay, cómo duele ese tiempo verbal. “Estar”, ¿no es, acaso, eso la amistad? O una de sus formas. Nos separaban muchos kilómetros, más de veinte años de edad…, nada que impidiera que se creara ese vínculo especial que tanto llena y enriquece una vida. Nada que imposibilitara que creciera el afecto auténtico, sincero, lejos de amiguismos y esas “galerías de espejos” de las que ambas rehuíamos. Cómo olvidar esa vida arrebatada sin compasión, sus proyectos, sueños, ilusiones… Cómo no pensar en su amor, en ese dolor sin consuelo… ¡Ay! A veces, al recordarla, la pena sube directamente, sin filtros, a los ojos. Me acuerdo y el sabor amargo de la injusticia me quema las entrañas. Cada avance en la vacunación, un dardo …