Para qué escribir, me pregunto en una tarde que comenzó apática, sin muchas fuerzas, ni energías, ni entusiasmo…
Para qué escribir me cuestiono entre la desgana y la desilusión en una tarde en la que el azar mueve y teje sus hilos para llevarme a descubrir un blog en el que desde las primeras líneas algo especial me atrapa. Un blog en el que encuentro reflexiones que me expanden el alma, que me conectan con algo que no sé precisar, pero que siento como si reavivara lo que ya no era más que un débil y escaso rescoldo.
Y, entonces, lo veo claro. Lo vuelvo a ver, porque en el fondo de mí lo sé y lo siento. Escribir para eso.
Para reanimar, resucitar, algo que quizá esté a punto de apagarse.
Para sacarnos del aislamiento y la soledad y recordar que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Para no dejar de confiar en el poder de abrirnos y compartir desde lo más verdadero que somos: fragilidad, vulnerabilidad, ese algo siempre a punto de terminar, o caerse, o romperse…
Para recuperar, devolver, reivindicar… la fe en el ser humano, y en esa semilla de belleza, bondad y bien que todos llevamos dentro como esa vela o linterna que nos salva durante un apagón. Por más que capas y capas de creencias erróneas, ideas rígidas, etc., etc. hayan terminado por esconderla. Por más que a veces, muchas veces, olvidemos que somos luz.
Para entender mejor: ¿entender?, o al menos que no nos enloquezca, lo que ocurre a nuestro alrededor y no hay quien entienda. Para entendernos, si es que es posible, a nosotros mismos.
Para reconectar con nuestra fuente de energía más profunda y que una tarde que empezó con esa desgana que comentaba termine colmada de ilusión, de ganas de seguir leyendo a tantas y tantas personas que un día vencieron sus propias dudas sobre para qué escribir. Y ganas también de seguir viendo cine, yendo al teatro, y rompiendo el caparazón y todos esos escudos, abriéndonos al mundo para conectarnos con todas esas personas maravillosas que aún nos queda por conocer.
Escribir… Para eso. ¿Para qué más?
Imagen de Kartashova en Pixabay
El blog al que aludo, el que me ha salvado la tarde, es https://vuelvoapintar.blogspot.com/, de Juanjo Sáez, a quien he llegado tras ver en Filmin su serie Heavies tendres que me ha parecido una joya. Joya de reflexiones y de manera de abordar los temas. Joya de combinación de humor y profundidad que en algunos capítulos me ha partido.