La historia de #RodrigoyAna

Allá sobre ese extraño mes que fue mayo de 2020, me decidí, de una manera espontánea, sin apenas pensarlo, a publicar en redes por pequeños capítulos la historia de una mujer que un día, al despertarse, siente que, sin mayor dilación, tiene que cambiar el rumbo de su vida y empezar, empezar de nuevo en muchos aspectos…

La sinopsis es: No siempre nos resulta fácil entender, comprender, llevar a la práctica eso que tan bien sabemos en la teoría. Tampoco suele ser fácil reconocer a tiempo las sutilezas que consiguen que vayamos firmando rendiciones en nuestras vidas sin apenas ser conscientes de ello. Hasta que un día, al abrir los ojos, entendemos que toca mirarnos al espejo y decirnos unas cuantas verdades. Como un regalo en forma de epifanía, vemos con claridad lo mucho que nos hemos alejado de esa vida con la que un día soñamos o, lo que es peor, que ya ni sabemos qué era aquello con lo que soñábamos. Y comprendemos que ya no es posible seguir refugiándonos en el manto cómodo de las excusas; mantener nuestra tristeza bajo ese disfraz violento de la ira que dispara contra todo y todos. Toca coger las riendas, cambiar el rumbo, empezar de nuevo en lo que haga falta y cuantas veces sea necesario. Justo esto es lo que ocurre a Ana, la protagonista de este relato…

Si te interesa, puedes leer aquí, en un documento unificado, lo que llevo hasta ahora.

Para mi sorpresa, el experimento tuvo una fantástica acogida entre mis seguidores en redes, sobre todo en Facebook (aunque, curiosamente, yo la pensé para Twitter, ¡qué cosas!). La retroalimentación vino cargada de magia, confirmando que la narrativa posee el poder de abrir nuestra mente a múltiples posibilidades de vivir nuestra vida, aportando soluciones, alternativas a algunos problemas y vivencias… Pronto comenzaron a llegarme mensajes confirmando el interés que estaba despertando, animándome a seguir, pidiéndome que continuara… Día a día iba escribiendo y publicando sobre la marcha, con todo lo que eso conlleva, incluido el riesgo de no hacer una revisión profunda y con perspectiva (como decía, todo un experimento en el que primaba la espontaneidad y la agilidad sobre ese perfeccionismo que tantas veces me paraliza en otras obras que he escrito y que aún no han visto la luz).

Luego, vino el verano, y de manera inesperada (por las circunstancias que nos rodean) me surgió la posibilidad de hacer una pausa en la rutina, lejos de pantallas, cerca del mar… Por esa razón, la historia de #RodrigoyAna se detuvo, de manera temporal solo, hasta su reactivación en el día de hoy.

Para facilitar la lectura, para quienes no siguen las redes día a día, he pensado (veremos si funciona bien) publicar la versión más completa de la historia en un PDF en Drive, cuyo enlace iré compartiendo cada vez que actualice el archivo. Lo que llevo hasta ahora puedes leerlo aquí. Continuaré pensando otras opciones para que, si es cierto que la historia está ayudando como me comunicáis en los mensajes que me hacéis llegar, vuele lo más lejos posible. Por supuesto, estoy abierta a sugerencias de todo tipo.

Como siempre, gracias por vuestra atención, vuestro tiempo, vuestro interés. ¡Gracias por darle más sentido a mi pasión por escribir!

Image by Kristin Baldeschwiler from Pixabay

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