Me salvó la poesía

Cuando, a pesar de que te amaba,

y me amabas, la vida transcurría indolente,

me salvó la poesía.

Cuando el grillete de la culpa

me aprisionó bien fuerte,

me salvó la poesía.

Cuando te negué

y tú creíste que me habías olvidado,

me salvó la poesía.

Cuando no encontré amor

ni comprensión ni justicia,

me salvó la poesía.

Cuando me costaba entenderte

y el halo de lo imposible nos velaba,

me salvó la poesía.

Cuando todo parecía perdido

y faltaban manos amigas,

me salvó la poesía.

Cuando la realidad dolía

y mis ilusiones olieron a quemado,

me salvó la poesía.

Cuando el reloj seguía indiferente

al nudo de tu ausencia en mis entrañas,

me salvó la poesía.

Cuando la tristeza empañó mis ventanas

y hasta tu recuerdo se hubo esfumado,

me salvó la poesía.

Cuando el corazón aullaba en el oscuro silencio,

y tú ya no estabas,

me salvó la poesía.

Cuando dejé de creer en los libros

y renegué de los versos,

me salvó la poesía.

Berta Carmona Fernández, octubre de 2019

Imagen de Roland Mey en Pixabay

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies