No tengo tiempo,
tres palabras llave
que cierran muchas puertas.
No tengo tiempo para iniciar ese proyecto.
No tengo tiempo de escribir esa novela.
No tengo tiempo de… (completa a tu antojo).
Porque hacerlo es arriesgarme a que salga mal,
y a que salga bien, y eso también me da miedo.
No tengo tiempo de llamarte, escribirte,
mucho menos de verte,
¿y si, tal vez, me asustara
todo eso que guardan tu voz y tu silencio?
No tengo tiempo de atravesar fronteras,
¿y si lo que veo allí me gusta más de lo que tengo?
No tengo tiempo de abrir más mi corazón,
estoy mejor así,
detrás de esta camisa de fuerza.
No tengo tiempo para atreverme a vivir la vida que deseo,
estoy demasiado ocupada/o sobreviviendo.
No tengo tiempo,
tres palabras llave
que cierran muchas puertas.
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Es mejor un “no quiero”.
¡Me ha encantado el post! Felicidades por el blog.
¡Menudo lujo tener a todo un experto en productividad visitando mi web! Gracias por tu tiempo, Joaquín, ¡es muy motivador saber que te ha gustado! 😉