¿Cómo publicar un libro?

Son muchas las preguntas que surgen cuando uno termina un libro. Publicar o no publicar es una de las principales cuestiones, que abordé en este artículo. Y cuando decides que sí, que quieres sacarlo de la oscuridad del cajón, aparece la incertidumbre de cómo hacerlo, cuál de las múltiples vías que existen elegir… Me aproximaré al tema con la experiencia reunida tras más de diez años trabajando en el sector editorial y, cómo no, desde mi opinión personal también como escritora que ha experimentado todas las opciones abordadas.

En primer lugar, me parece muy importante reflexionar sobre los objetivos que nos proponemos, pues dependiendo de lo que deseamos lograr será más o menos adecuado tomar un camino u otro. ¿Quieres publicar un libro solo para que tus amigos, familiares y contactos cercanos conozcan esa historia a la que le has dedicado tantas horas de trabajo? ¿Deseas probar suerte en el sector editorial y conseguir que tu obra consiga un hueco en las estanterías de las librerías? ¿Te gustaría comenzar pisando fuerte con el aval de haber ganado un premio literario?

Salvo que optes por dejarla leer en un primer momento solo a familiares o amigos, el siguiente paso fundamental para mí es tener la seguridad de que la novela es la mejor que hemos podido escribir en el momento en que nos encontramos. Sé que esta es una cuestión delicada que para algunos (para mí, por ejemplo) es el detonante de círculos viciosos de perfeccionismos que llevan a la parálisis por análisis. Por eso me gusta insistir en lo de “la mejor en este momento”, eso no significa que sea perfecta, que cuando pasen unos meses no adviertas que lo podrías haber hecho mucho mejor, etc., etc., lo que quiero decir es que no me parece positivo precipitarse en exceso a publicar sin asegurarse de que la obra posee suficiente calidad.

Mi consejo es que, una vez terminada, dejes siempre reposar la obra un tiempo; mínimo tres o cuatro semanas (en mi experiencia), pero si puedes más, mejor aún. El cambio de perspectiva que se consigue haciendo esto aporta una mirada limpia y clara sobre tu texto que te permitirá dar un salto cualitativo muy interesante. También es aconsejable perderle el miedo a borrar, a tirar, a eliminar… A veces nos parece un infierno tener que empezar de nuevo en algunos aspectos, pero si sientes que debes hacerlo, ¡no te lo pienses! Te contaré que yo terminé una novela justo hace un año y, después de dejarla en un cajón más de tres meses, cuando volví a ella vi claro que tenía que cambiar el narrador. Esto ha sido una tarea ardua que me daba pereza y que sabía que iba a postergarlo todo más meses, pero una vez logrado me siento orgullosa, creo que la novela ha ganado, eso espero al menos.

En este punto es fundamental también hablar de los servicios profesionales de edición. Existen lectores independientes (autónomos, freelance) que pueden hacer una lectura profesional (o informe de lectura) de tu obra; herramientas muy útiles que aportan un punto de vista externo que te permita superar esa mirada viciada de los autores frente a nuestros propios textos. Me gustaría hablar de los informes con más detenimiento en otro artículo, pero aquí diré que consiste básicamente en analizar los puntos fuertes y débiles de una novela (las dimensiones espacio y tiempo, la creación de personajes, ritmo, diálogos, estructura, etc.) con objeto de ayudarte a detectar las posibles mejoras.

Junto a lo anterior, es esencial también que la obra esté bien escrita, con un buen nivel de corrección ortográfica y gramatical. Los correctores pueden trabajar a nivel ortotipográfico solo o también de estilo (sobre esto profundizaré en otro artículo). Lo que es seguro es que tras su intervención, solo tras la misma, ya partirás de la seguridad de tener esa mejor obra de la que hablaba al principio. Y, ahora sí, es momento de repasar algunas vías para su publicación:

Los certámenes literarios

Se trata de una extraordinaria oportunidad no solo para recibir un incentivo económico (en el caso de que este sea el premio) y que un tercero publique tu obra, sino también, y según sea el prestigio del mismo, para entrar por la puerta grande en el mercado editorial avalado por un jurado serio y un sello con alta proyección. Se trata de una vía lenta y compleja, para la cual hay que ir bien armados de paciencia y esperanza.

Autoedición o autopublicación

Existe un debate que confronta los conceptos “autoedición” o “autopublicación”; yo para no extenderme en exceso, los abordaré aquí de manera indistinta. Las diferentes opciones para ello son:

1) Publicar una obra sin contar con ningún profesional de la edición. Ya sea a través de su publicación en una plataforma de Internet, ya sea mandando el libro a una imprenta para conseguir ejemplares en papel. Sin haber pasado un informe de lectura, sin haberla corregido, sin haber hecho una portada profesional… En este caso, salvo que el autor sea magnífico escribiendo, controle a la perfección la ortografía y gramática y, además, domine el diseño gráfico y la maquetación, su libro flaqueará en cuanto a los estándares de calidad, engrosando ese grupo de obras que tan mala fama dan al fenómeno de la autoedición. Cuidado con esto porque, en mi opinión, sacar a la luz un libro sin calidad es una falta de respeto al lector.

  • Ventajas: no inviertes más que tu tiempo.
  • Inconvenientes: posible desprestigio y pérdida de imagen.

2) Publicar una obra contratando servicios editoriales por profesionales independientes. Se trata de contar con diferentes especialistas, cuyo trabajo luego tendrás que coordinar hasta conseguir el resultado deseado para tu libro.

  • Ventajas: opción rápida; tú tomas la iniciativa sin esperar a que sea otro quien diga si tu obra debe o no ser publicada; máximo control sobre todo el proceso, puede que hasta demasiado
  • Inconvenientes: inversión normalmente más alta; mucho trabajo, pues tienes que coordinar a todos los profesionales; dificultad para lograr resultados homogéneos

3) Recurrir a una editorial de autoedición. Se trata de empresas que te ofrecen normalmente paquetes de edición a través de sus sellos editoriales con mayor o menor calidad, mayor o menos alcance, según el coste de los mismos.

Ventajas:

  • Es una opción rápida
  • Tú tomas la iniciativa sin esperar a que sea otro quien diga si tu obra debe o no ser publicada
  • Cuentas con el asesoramiento de una editorial profesional que te asegura resultados homogéneos
  • Si las condiciones son legales, tú conservas todos los derechos y percibes el 100 % de los beneficios
  • Precios más competitivos si contratas algún pack
  • Podrás tener un ISBN editorial
  • Apoyo con la difusión y la distribución

Inconveniente:

  • Tú asumes los pagos y los riesgos
  • ¡Cuidado con los timos! Te sorprenderá saber los múltiples timos que se dan en el sector (desde pagos encubiertos hasta condiciones leoninas que se aprovechan de la ilusión de autores confiados)
  • La distribución. Sí, también lo puse entre las ventajas, pero es que en realidad se trata de un punto complejo que también daría para otro largo y complejo debate

Mi recomendación es que siempre te informes muy bien sobre la experiencia de los profesionales con los que decidas contar, que intentes conocer quién está detrás de los proyectos, comprobar experiencias de otros autores; en definitiva, no tomar decisiones precipitadas.

La edición tradicional

Esta es, para muchos autores, la opción ideal, entre otras razones porque a todos nos gusta que un editor nos diga que valemos, que nuestra obra es buena, cuanto menos aporta un plus de seguridad y confianza a cualquier autor, ¿no es cierto? No obstante, el sector es tan complejo y son tantas las casuísticas que se podría abrir un interesante debate al respecto. El prestigio, la difusión, la distribución que puede aportar una editorial será tanto mayor cuanto más fuerza tenga el sello en el espacio controlado por los grandes grupos editoriales y cuanto más importante seas tú en el conjunto del catálogo de sus autores. Como digo es complejo, si os interesa el tema, podéis dejarme un comentario y lo abordaría en otro artículo.

Por supuesto, no todo son ventajas: al firmar un contrato editorial pierdes los derechos sobre tu obra, el control de cómo quieres cada uno de los pasos y los royalties o beneficios son muy bajos (normalmente entre un 8 % y un 12 % para las ediciones impresas y un poco más para las digitales). Asimismo, esta opción es muy lenta (no sabes cuánto tiempo puede transcurrir desde que creas tu obra hasta que llegue a ser publicada, si alguna vez lo es) y difícil.

Ahora es el momento de sopesar los pros y los contras de las opciones explicadas. Para esto es aconsejable también reflexionar sobre tus creencias, por ejemplo, la que asocia la autoedición con el desprestigio y la edición tradicional con lo contrario. No siempre es así; no porque tu obra sea rechazada por las editoriales quiere decir que no sea buena; la autoedición no es menos digna ni mucho menos desprestigia (tan solo hay que echar la vista atrás a la historia para comprobar la gran cantidad de autores famosos que comenzaron autopublicando: Dostoievsky, Woolf, Nietzche, Proust, Stevenson…). Asimismo, tampoco publicar con una editorial tradicional es siempre la panacea. ¿Entonces? Hay que arriesgarse, hay que probar, y sobre los aciertos y errores, como decía el maestro Machado, hacer camino. ¡Que la suerte te acompañe en esta apasionante aventura de la escritura y la publicación!

Si te ha parecido útil, me encantará saberlo a través de los comentarios; asimismo, sería genial contar con otras perspectivas y experiencias sobre el tema. Gracias por difundir si consideras que la información puede ser de interés.

Image by Tumisu from Pixabay 

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