Tener un camino
Creo que fue a Pablo d´Ors a quien le escuché decir «Si hay camino, todo está bien». Sí. Hay que tener un camino. Un camino refugio. (¿Tiene un refugio que ser algo estático o un camino siempre sugerir movimiento?). Un camino en el que guarecernos cuando ahí fuera las circunstancias adversas aprietan, cuando a nuestra vida llega el invierno y se nos llena todo de sombras y niebla espesa. Ese camino, ese refugio, se consigue con cultivo interior, pero más nos vale tenerlo trabajado, montado, organizado, decorado incluso, antes de que el frío nos congele los dedos y el alma. O nos empape la tormenta. O nos arrase el huracán. Lo que ocurre es que, cuando la luz abunda, se nos olvida que llegarán, porque siempre llegan, estos días sin sol. El camino, el refugio, es ese lugar (no físico, claro) donde cesan todas las hostilidades y hasta, a veces, un …