¿Qué nos da tanto miedo?
En algunos momentos vitales, nos sentimos bloqueados por muchas razones, entre ellas, los miedos, muchos miedos, enormes, irracionales, descontrolados… Tantos que constituyen una especie de masa amorfa y, si nos paramos a pensar en cuáles son realmente, nos cuesta identificarlos, desmenuzarlos, ponerles cara. El miedo convertido en un hábito, como abordé en este artículo. Y es importante. Es importante saber cuáles son, qué forma tienen, para poder hacerles frente. Porque resulta que en el ejercicio de reconocerlos, muchas veces pierden fuerza. Nos damos cuenta de que no son tan altos, ni tan poderosos, ni tan corpulentos como para tenernos así de amenazados y empequeñecidos, siempre caminando por la vida con la cabeza baja. También, porque reconocerlos nos ayuda a descubrir las diversas estrategias de huida a las que nos aferramos: las historias de victimismo en las que nos refugiamos, los muros de ideas y creencias que levantamos para protegernos, etc. …