Vecino lector

Tengo un vecino lector,

no un lector cualquiera, no,

de puertas para adentro,

como somos muchos.

Mi vecino lector de quien hoy escribo

lee por la calle, mientras camina, sí,

mientras desayuna en una cafetería,

mientras almuerza en la terraza de un bar…

No conozco de nada a mi vecino lector,

porque ni siquiera vive en mi bloque ni en mi calle

ni jamás hemos cruzado una palabra,

pero cuando lo veo un resorte positivo se activa en mí.

Me da paz mi vecino lector, me gusta que viva en mi barrio

y poder cruzarme tantas veces con alguien

que ame los libros así, hasta el punto de

caminar con la cabeza entre las páginas.

Es patrimonio mi vecino lector, si de mí dependiera,

ya tendría una estatua, un busto o una placa.

Foto compartida bajo Pixabay License. De josemdelaa.

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